El otro día escribí "qué hace una gorda vestida así" ahí os conté un momento de tristeza y baja autoestima en el que me encontré cuando me vi con ropa diferente a lo que yo uso normalmente. Os dije que hice un proceso de ver que sentía, analizar cuanto de ello era real y cuando de ello eran meros pensamientos irracionales o anticipaciones.
Bien el jueves por la tarde, me hice mis cuidados personales, me maquillé, me peiné y me vestí y este fue el resultado:
La noche fue genial, bailé, canté, reí, bebí, disfruté. No soy de salir mucho, soy una persona bastante casera y bastante diurna, pero cuando salgo lo hago para pasármelo genial. Aunque luego el resultado de esos tirantes fuera un costipado de campeonato como el que tengo ahora.
No voy alargar mucho más esta entrada. Me sentí bien y me encantó como conseguí afrontar mis miedos y como pude comprobar que eran eso, miedos. Miedos que intentaban protegerme de comentarios pasados dolorosos; miedos que usaba como mecanismo de defensa y que estaban muy bien para cuidarme, pero que debía superar para ser feliz.


No hay comentarios:
Publicar un comentario