¿Te conoces realmente? ¿Estás seguro?

¿Te conoces? 

Comienzo diciendo que en esta entrada no vamos a tener unos ¡pedazos de trucos para conocernos!

Se perfectamente que nos encanta eso de ¿Qué personalidad tengo? ¿Qué personaje Disney soy? ¿Quién soy según mi nombre? 

Pues bien, comenzaré diciendo que nos encantan estas cosas porque en el fondo no nos conocemos tanto. Necesitamos recurrir a fuentes externas, (¡por cierto! Os habéis fijado que en ninguna pone nunca nada malo?? Es genial eh!!! Según esos test la maldad no existe). A lo que iba, necesitamos recurrir a esas fuentes para asegurar que somos. Quiénes somos.

¿Os habéis parado a pensar en el proceso que seguimos y lo sumamente irracionales que somos?

Esos mensajes captan nuestra atención y vamos directos a contestar el test. Hay dos tipos de personas: los que se sinceran, y los que contestan lo que les conviene. Sea como fuere si te sale lo que esperas, ese test es muy fiable y además te sientes como "más TÚ… te conoces PERFECTAMENTE" Sin embargo si no sale lo que esperas: "esas cosas de internet, que bobada". Y al segundo se te ha olvidado.

Necesitamos continuamente tener evidencias y datos de lo que somos, o permitirme decir: lo que realmente queremos ser y no sabemos cómo proyectarlo.

Todo esto tiene un nombre: coherencia interna. Parece un término raro y lo es. Yo lo he estudiado en tercero de carrera de psicología. Lo que la coherencia interna quiere decirnos es que tenemos la necesidad de ser consistentes con nosotros, es decir "Es la tendencia natural de las personas a buscar una relación, una justificación entre lo que piensan que quieren/deben hacer y lo que realmente hacen. Y esa búsqueda de Coherencia la hacemos siempre sin excepción, aunque muchas veces no nos demos ni cuenta, porque no podemos vivir en un estado de incoherencia durante mucho tiempo" (escrito por mi gran amigo Pablito que sin duda fue quién me impulsó a escribir sobre esto, GRACIAS).

Lo que esto nos quiere decir es que estamos psicológicamente programados, para ser estables, para aceptarnos a nosotros, a nuestros actos y sobre todo para justificarlos de cualquier forma posible. Conscientes de ello o no.

En relación a la dieta, tú puedes ir un día al Burguer y decir LA ÚLTIMA vez que voy, me voy a dar un pequeño homenaje y después de ello ¿Qué? Pues o bien te arrepientes, o piensas que no es para tanto, que otras veces lo has hecho peor... Pero el resultado de cualquier reacción que tengas hacía ese acto, es que has aceptado el hecho y al final te terminas olvidando y pasa de ser la última a ser una entre millones de “últimas veces”.

Lo mismo pasa con nosotros. Si un día somos mal educados reaccionaremos igual. Si un día somos envidiosos reaccionaremos igual. Y al final no tendremos ni idea de quienes somos, ni quienes queremos ser porque estamos nublados por esa “programación psicológica” de justificarnos ante todo.

Y yo me pregunto: ¿Por qué no nos observamos más? No solo lo que hacemos, sino que pensamos antes, que pensamos durante y que pensamos después, como nos sentimos, que queremos...

Es duro pero seguramente llegues a la conclusión, o yo por lo menos he llegado: que soy más egoísta de lo que pensaba, que a veces tengo envidia y que sonrío bastantes veces por compromiso.

He llegado a mas conclusiones, que no se si las contaré algún día, pero de momento me las guardo.

Por favor miraros hacia dentro, es una actividad rara, e incluso complicada. Pero una vez que te conoces realmente, y consigues aceptarte, comprenderás mejor tus limitaciones, sabrás que quieres y que no y sentirás mucha más tranquilidad.

Y no sólo eso sino que sabrá en que quieres cambiar, porqué  lo quieres hacer y si eres listo y puedes ganarle la batalla un poquito a tu mente, también sabrás que hacer para no volver a caer en lo mismo otra vez.

Este punto es fundamental para saber porque siempre cometemos los mismos errores en la dieta y también es importante a la hora de hacer un viaje y no llevarte ninguna sorpresa.